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miércoles, 7 de abril de 2010

Cenizas del ayer


Esta mañana me he levantado temprano o mejor dicho la cama me ha escupido a eso de las siete y media. He preparado café y he tomado dos tazas mientras contemplaba, desde el porche, el paisaje. Los rayos del sol esculpían el pueblo, lentamente, y no he podido evitar sentir una profunda nostalgia. He sentido brillar la tristeza en el fondo de mis ojos grises y he tenido que hacer un esfuerzo mordiéndome las lágrimas para borrar tu imagen tierna y pálida de mi mente.

He garabateado lineas incoherentes en un blog tratando de no recordarnos, pero todas las palabras desembocaban en ti.


La vida, si puede llamarse así, se ha tornado incómoda y detestable desde que lo único que me queda de ti son unos cuantos recuerdos robados al murmullo de las olas y cuatro fotos ajadas que amarillean entre las páginas de tus libros de poemas. Libros que nunca te llevaste, aunque supongo que los versos estaban impresos en tu alma. ¿Es demasiado tarde para pedir perdón?

Si no lo fuera, habrías contestado a alguna de mis cartas. Quizá ni si quiera las leíste, quizás ahora ya seas otra, quizás estés muerta y yo solo viva de un fantasma.


El olvido es lo único que me queda y parece que ni eso he merecido. Me quedaré aqui, como entonces, encenderé un cigarrillo y sentiré como se escapa la vida en voluntas de humo gris.

Vesper ..*


"Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos."

Pablo Neruda